SORTU se presenta como un partido con unos principios ideológicos y claros que se sustentan en construir un Estado vasco en el marco europeo y contribuir en el nuevo ciclo abierto de Euskal Herria. Hasta aquí podemos pensar que todo es correcto, aunque haya defensores y retractores de estos principios ideológicos. Sin embargo, la cuestión que hace vislumbrar cierto grado de ambigüedad en las conclusiones que sacamos de este nuevo partido político es que, en su rueda de prensa para presentarse como el nuevo partido de la izquierda abertzale, hicieron oídos sordos ante las preguntas “comprometidas” de los periodistas sobre su vinculación con ETA.
Eso sí, ellos dejan claro su rechazo ante la violencia, sin embargo no se pronuncian con respecto a la condena que tendrían que pagar quienes cometan actos violentos. Lógicamente, y ante la controversia social generada por la conexión de Batasuna con ETA, los promotores de este partido político han subrayado que puesto que se cumplen todos los requisitos legales, SORTU tiene que ser un partido legal.
Quien calla otorga se dice, pero parece ser que a SORTU se le brinda la oportunidad para demostrar que no es una continuidad de nada anterior. Así que tendremos que aplicar ese dicho popular tan conocido que dice: “el tiempo lo pone todo en su sitio”.
Raquel Gormaz