miércoles, 6 de abril de 2011

El precio del periodismo

Madrid, 6 de abril de 2011.- A finales de la década de los ochenta, Tim Berners-Lee inventó las bases de lo que sería la revolución de la “Era Multimedia” en la que vivimos: llegó Internet. En nuestra vida cotidiana utilizamos esta herramienta a diario para cualquier cosa: comprar, gestionar nuestros asuntos burocráticos, mantener contacto con personas que no vemos asiduamente, y lo más importante acceder a todo tipo de información.

Con el desarrollo de la World Wide Web hemos pasado, de ir al quiosco a por el periódico todas las mañanas, a teclear en el buscador el nombre del diario que queremos leer. Es cierto que en la última década el número de lectores habituales a los diarios de tirada nacional ha aumentado considerablemente. Pero no nos equivoquemos, la razón de este incremento se debe a la difusión gratuita de información que ofrece Internet y las ediciones multimedia de los periódicos.

Es admirable que una sociedad evolucionada difunda una cultura gratuita para que todos sus ciudadanos puedan acceder a ella. Sin embargo, el contra que supone esta cuestión hace peligrar notablemente la profesión periodística. Generar las informaciones que consumimos diariamente tiene un coste demasiado alto; hay que pagar a los profesionales, introducir cambios tecnológicos para una mayor cobertura, editar, publicar, y un largo etcétera.

En el año 2002 El País intentaba lanzar una publicación digital de pago que se tradujo en un auténtico fracaso. La gente no se gasta dinero en algo que tiene al alcance de su mano de manera gratuita. La conclusión más aceptable a la que se puede llegar en este tema es la aplicación de las palabras que tuvo la directora de Le Monde Sylvie Kauffmann: “tenemos que convencer a los lectores de que el periodismo es muy caro”.

Raquel Gormaz

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